Mi sueño preferido es más triste que mi peor pesadilla.
Cuando sueño lo que no quiero, me despierto y me alivio.
Cuando sueño lo que sí quiero, me despierto y empieza la desesperación.
Para peor, es recurrente, y mientras dura me da tanta calma, que me frustra no encontrar la forma de volverlo real.
martes, 23 de febrero de 2010
lunes, 22 de febrero de 2010
Qué feo
que en vez de ver su cara vea lo que le pone encima para mentirles, mentirme y mentirse.
y que no me lo pueda creer.
y que no me lo pueda creer.
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