YayBlogger.com
BLOGGER TEMPLATES

martes, 29 de junio de 2010

No será la primera ni la última vez

tengo miedo, o bronca, o bueno, noséqué, de no encontrarte más. de olvidarme de tu cara, y acordarme de que estoy condenada a haberte conocido. de que no estés en la fila de adelante para mirarme de reojo mientras hago como si no supiera quién sos ni hubiese estudiado todos tus movimientos, tu pelo desprolijo, tus ojos mucho más azules que los míos, tu ropa indefinida y perfecta, ni vieja ni nueva, tu barba suave, la mochila negra sin nada, sólo con un voucher de equipaje de mano de austrian airlines, tus manos movedizas que siguen algún compás y aplauden raro y después se van a tu cuello a hacer masajes, tus manos, tus manos, tus manos, tus manos, tu mejor amigo sentado al lado mío vestido con un KIMONO o algo similar mientras lee un libro de algún prócer en francés (y lo bien que me cae), y cómo te burlas de los movimientos toscos de la violinista que está tocando ahora, los mensajes que le mandas a una persona x desde tu celular negro y naranja, o estás con un juego? sí, estás con un juego, mejor así. y después nos perdemos, y le pido a Dios que me ayude a encontrarte, y veo que estás arriba de tu otro amigo, hablando por el celular para que el que me cae bien te vea y vaya hasta donde estás, y como sobresalís entre la gente yo también voy, y nos ponemos a bailar, y saltar, y te volves a subir a tu amigo para mover la cabeza y las manos y ahí descubro que hay algo que te sale por los poros que me produce un efecto raro y me hace sentir contenta, seguro es tu aura de color punk. el tema es que así me dan ganas de quedarme al lado tuyo y no a no-sé-cuántos kilómetros repasando todas las cosas que sé de vos y haciendo una lista de las que me gustaría saber, que son muchas más.

lunes, 14 de junio de 2010

Berlín

Me cuesta poner en palabras lo que siento al estar en esta ciudad. Puedo escribir y hacer una entrada, pero ninguna expresión me sirve para, dignamente, darle forma a lo que estoy viviendo. Es un torbellino amorfo que no se ve, no se toca, no se huele, no nada, pero surte efectos. Y cómo. Hay edificios que se me vienen tan encima que siento que me van a comer, porque tienen historia, y dolor, y caídas, y reconstrucciones. Y son imponentes. Como la vida misma. Me parece que Berlín es eso, vida misma. ¿Puede ser?

sábado, 5 de junio de 2010

Diálogo de cocina

FLORENCIA: che má, me agarré un flancito que había en la heladera, todo bien?
ADRIANA: ahhh... en realidad lo había comprado para el gato, dale un poquito a él.


dejémonos de joder.