jueves, 7 de octubre de 2010
bu.
estoy lejos de mi casa, de la mayoria de mis cosas, y de mis amigos. estoy demasiado cerca mio. es bueno y es malo, como todo y como siempre, pero el balance (o el saldo? como se dice? es positivo). tambien estoy lejos de la acentuacion de las palabras, las enies, y las mayusculas. me resulta raro, pero descontracturar no viene mal. al contrario, sirve, a las personas que tenemos corazas tan grandes nos viene bien (cuando no MUY bien) ponernos a prueba e intentar cambiar, y romper un poco esa muralla china del orto que nos aleja de lo que queremos, necesitamos, soniamos, pensamos, buscamos, creemos, vemos.
lunes, 27 de septiembre de 2010
Cuando estaba en
primer año de la facultad, hace ya más de tres, tenía un profesor al que le gustaba repartir fotocopias muy random que podían llegar a servirnos. En este momento se me viene a la cabeza mi propia imagen, un lunes a la noche, atravesando medio conurbano arriba de un 60 con la carpeta en la que guardaba, entre otras, esas copias. Me acuerdo más que nada de dos: un ensayo de Paul Auster (creo que ¿Para qué escribir?, pero no estoy segura), y una lista de expresiones de las que todo periodista debería huír, por estar ya tan elegidas. Lo que más me quedó de la primera, es un consejo del autor, el de no enamorarse de las palabras. Algo así como aprender a no encapricharse con cómo estás intentando decir lo que estás intentando decir, porque a veces podés no tener espacio para plasmarlo así, o simplemente puede no sonar bien. Entonces, existe la posibilidad de decirlo de otra forma. De la segunda, guardo una idea general, incluso hasta cierta fobia: ¡la lista de frases hechas era larguísima e incluía prácticamente al 50% de los términos y las expresiones que decimos a lo largo del día!. Desde ese momento -y en realidad desde mucho antes- me esmeré en odiar todo lugar común (tanto que hasta la gente me caía menos bien cuando recurría a ellos). Pero ahora noto que ya no sólo no los evito, sino que me genera hasta cierto placer extraño incluírlos en el día a día. (¡Día a día! ¡Nunca hubiera elegido decir día a día con sinceridad y seriedad, salvo que estuviera hablando irónicamente!).
1- mejor no me pongo a contar cuántas frases hechas y lugares comunes hay acá.
2- ¿dejé muy en evidencia que a veces enloquezco y que mi mente no para?
3- escribí todo esto con los auriculares puestos y sin música, ¿viste cuando internet te absorve?
1- mejor no me pongo a contar cuántas frases hechas y lugares comunes hay acá.
2- ¿dejé muy en evidencia que a veces enloquezco y que mi mente no para?
3- escribí todo esto con los auriculares puestos y sin música, ¿viste cuando internet te absorve?
domingo, 5 de septiembre de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
Me pregunto cuándo será el día en que deje de apenarme y/o hacerme cargo, de alguna forma, de la hipocrecía de la especie humana. No se puede negar: a veces tenemos hábitos o tendencias que no hablan muy bien de nosotros. Opinamos de más, nos metemos en la vida del otro, elaboramos preconceptos con pocos fundamentos, manipulamos, nos creemos superiores (que otras especies y entre nosotros mismos), quebramos vínculos aparentemente sólidos a fin de equis beneficio, subestimamos. Bueno, podemos hacer de todo cuando queremos hacerlo, porque como racionales y librealbedristas que somos, tenemos la oportunidad de elegir qué hacer, sea "bueno", o sea "malo". A mí, una de las acciones que más me molesta es la de hablar por hablar de alguien sin conocimiento de causa, especialmente si ese alguien no está presente para defenderse. ¿Por qué lo hacemos? En serio. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Para quién? ¿Con qué autoridad? ¿Con qué nivel de evolución llegamos a creer que nos corresponde afirmar loquesea sobre quiensea? Yo no lo entiendo. Esto es algo que en mi casa me enseñaron desde siempre, que comprobé sola más adelante, que desarrollé más al estudiar periodismo (las benditas tres fuentes y la responsabilidad de escuchar la voz de la otra campana, por mucho o poco que simpaticemos), y que prácticamente todos los días de mi vida me hace quedar como "la rara", "la buena" o hasta "la aburrida", por no querer "sacarle el cuero a los demás". Ok, si tengo motivos, es otra la historia. Pero desconociendo o viendo parcialmente la realidad, me parece que nadie está suficientemente justificado como para hacerlo. Además, eso denota otras cosas, empezando por un nivel de bajeza importante, a lo que se le suma una potencial envidia, e incluso la necesidad de opacar por falta de herramientas propias para resaltar. Triste.
Como soy conciente de la magnitud que pueden tener las palabras -por más inventadas que sean-, trabajo bastante para no caer en esto de la difamación. Sin embargo, no depende de mí que los demás actúen así, por eso, a veces, cuando este tipo de (vamos a decirle) habladurías me tocan de cerca, la realidad es que me da una mezcla de risa, pena y culpa. Risa: porque se pueden llegar a escuchar cosas muy cómicas, posta. Pena: porque es una pena, para quien habla sin darse la oportunidad de comprobar si está en lo cierto o no. Culpa: desconozco, pero sé que me da culpa. (Recordatorio: charlarlo en el futuro cercano con mi terapeuta).No soy tan punk como quisiera, pero una de las máximas de ese movimiento es vivir y dejar vivir y posta que haberlo descubierto a los 13 años fue sentir como si se me hubiese develado un importante secreto del mundo. Es como afirmar que vas por un camino que te gusta, intentando no interponerte en el de nadie, compartiéndolo con los que quieren compartirlo con vos (y viceversa, obvio), y tratar de ocupar ese tiempo de hablar al pedo en algo más positivo. Hacer música, cocinar, dormir, dibujar, bueno... es redundante que siga, pienso que si alguien on earth lo leyó, ya entendió qué es lo que quería decir.
martes, 24 de agosto de 2010
non, je ne regrette rien
en los, aproximadamente, 7900 días que llevo de vida, se podría decir que no me arrepiento de nada. eso no significa que nunca haya estado arrepentida, ni mucho menos que no haya pensado y repensado millones de veces sobre mi manera de desenvolverme en determinadas circunstancias, en la toma de decisiones y (especialmente) en los efectos de esas decisiones -en mí, en otros y en el universo-. pero hoy, que es 24 de agosto del 2010, puedo afirmar que no estoy arrepentida de nada de lo que hice en el pasado y que me perdoné por haberme arrepentido en algunas oportunidades en que sí me sentí arrepentida. para bien o mal, cada cosa que elegí decir, no decir, hacer o no hacer hasta el momento fue por convicción (o por descarte) y todo, a su manera, ayudó y ayuda a aprender y a reafirmarse. pero más allá de esta liviandad del no arrepentimiento (porque lo considero inútil) hay algo que SÍ me arrepiento de haber dejado pasar. una sola cosa. un cacho de plástico, cuero, colores, dibujitos, adornos, y un espacio para guardar y transportar cosas. UNA MOCHILA CON UN HAMSA DE COLOR DORADO, ROSA Y CELESTE, CON POMPONES Y RUEDITAS QUE VÍ EN LA VIDRIERA DE UNA GALERÍA PARISINA MUY TOP. cuando la ví quedé impactada, enamorada, y pelotuda. ¡era la perfección hecha mochila/cartera! pero... todo lo que tenía de linda lo tenía de cara. y en euros. entonces me autoconvencí de no comprarla con argumentos como "después te va a dar vergüenza usarla y la vas a abandonar", "vas a tener miedo de que te la roben y no la vas a querer sacar de casa", el típico "no puedo gastar en esto mientras hay gente que no come" o "es un lucro, puro marketing espiritual, y vos te dejas lavar la cabeza". y me fui, me fui, me fui. pero si hubiese sabido que TODOS los días me iba a acordar de ella con la ilusión de encontrarla en algún negocio, o persona caminante, no lo hubiese dudado, aunque sea para tenerla de adorno. (y me hubiese ahorrado una importante cantidad de googleadas enfermizas).
sábado, 24 de julio de 2010
Perón, dulce de leche, comedia musical, vos, tu vieja y tu papá.
Varias veces escuché que el tango recién se empieza a apreciar bien después de los 40 años. Tiene sentido, con ocho lustros cumplidos la vida debe tomar otro color, no necesariamente mejor o peor, sino distinto, una mezcla de sinsabores y alegría, que en general caracteriza a ese estilo musical. No sé si alguna vez me llegará a gustar en serio o no, pero sí puedo confesar que siempre me cayó simpático. Es sincero y visceral. Sin embargo... tiene algo que no me gusta. Creo que lo que no me cierra del todo es ese leitmotiv de hombre guapo y mujer arrabalera, que estéticamente no me va. Tampoco me genera una linda sensación todo lo que gira en torno: programas radiales, voces exageradas, y abuso de lunfardo. Y menos, los covers hechos por bandas de rock. Lo que digo puede ser un tanto contradictorio, porque supongo que se necesita de esa actitud para hablar como el tango lo sabe hacer, con un dolor humorístico y melancólico a la vez. Además, si hablamos de bailes de salón, el 2x4 tiene una complejidad rítmica, de figuras masculinas y femeninas, de firuletes y de sentido de la ronda, que actúa como un tronco del que se desprenden otras ramas (estoy segura que quien sabe bailar tango, no encuentra ninguna dificultad en cualquier otro baile de a dos, sea salsa, pasodoble, rock, o lindy hop).
Pero bueno, aunque pueda enumerar virtudes y ventajas, conceptualmente hay algo que no. Lo mismo me pasa con la comedia musical. Es muy completa, dinámica, mágica.. cuenta historias directas con todos los elementos que un ser humano puede usar. El cuerpo, la voz, el movimiento, la interpretación... pero me pone nerviosa. A veces hasta me cuesta entender cómo a tantas personas les encanta escuchar bandas de sonidos de obras, porque justamente lo que más me incomoda son esas cancioncitas que me llevan por una senda confusa. Es como un efecto dulce de leche. No voy a aclarar, todos sabemos qué nos puede llegar a pasar cuando comemos dulce de leche. Por algo Perón proclamaba que todo es mejor en su medida y armoniosamente. Espero que a ningún/a narrow-minded se le ocurra creer que citar es, necesariamente, admirar.
Volviendo al tango, porque me han quedado ideas inconclusas, no hay nada como su lírica. Si bien hay muchas que las entiendo sólo por la mitad, me doy cuenta de que cada letra es un cuento entero. Produce climas muy intensos y la riqueza de la métrica y la rima debe ser insuperable. Bueno, no sé, quizás en Indochina tengan algo que le da 50 vueltas, pero hablo de lo que hasta el momento conozco. Todo está ahí: amor, paso del tiempo, naturaleza humana, lucha por sobrevivir, recuerdos, y mucho complejo de Edipo. Creo que me dí cuenta que la madre era una figura tan importante para el hombre a través del tango. Y creo que descubrí el tango a través de mi papá. (Yo también tengo algún que otro complejito, pero es another topic).
Un último comentario: No hay nada como el tango Chorra. Ni como las guitarras de Gardel. Ni como la dupla Piazzolla-Ferrer. Ni como las letras de Tarde, Siempre se vuelve a Buenos Aires, y Canzoneta.
Pero bueno, aunque pueda enumerar virtudes y ventajas, conceptualmente hay algo que no. Lo mismo me pasa con la comedia musical. Es muy completa, dinámica, mágica.. cuenta historias directas con todos los elementos que un ser humano puede usar. El cuerpo, la voz, el movimiento, la interpretación... pero me pone nerviosa. A veces hasta me cuesta entender cómo a tantas personas les encanta escuchar bandas de sonidos de obras, porque justamente lo que más me incomoda son esas cancioncitas que me llevan por una senda confusa. Es como un efecto dulce de leche. No voy a aclarar, todos sabemos qué nos puede llegar a pasar cuando comemos dulce de leche. Por algo Perón proclamaba que todo es mejor en su medida y armoniosamente. Espero que a ningún/a narrow-minded se le ocurra creer que citar es, necesariamente, admirar.
Volviendo al tango, porque me han quedado ideas inconclusas, no hay nada como su lírica. Si bien hay muchas que las entiendo sólo por la mitad, me doy cuenta de que cada letra es un cuento entero. Produce climas muy intensos y la riqueza de la métrica y la rima debe ser insuperable. Bueno, no sé, quizás en Indochina tengan algo que le da 50 vueltas, pero hablo de lo que hasta el momento conozco. Todo está ahí: amor, paso del tiempo, naturaleza humana, lucha por sobrevivir, recuerdos, y mucho complejo de Edipo. Creo que me dí cuenta que la madre era una figura tan importante para el hombre a través del tango. Y creo que descubrí el tango a través de mi papá. (Yo también tengo algún que otro complejito, pero es another topic).
Un último comentario: No hay nada como el tango Chorra. Ni como las guitarras de Gardel. Ni como la dupla Piazzolla-Ferrer. Ni como las letras de Tarde, Siempre se vuelve a Buenos Aires, y Canzoneta.
miércoles, 21 de julio de 2010
no-no
No sos punk
Ni emo
Ni flogger
Ni rapero, ni cumbiero
Ni industrial
Sos algo más
Sos una parte de cada tribu urbana
Sos una raza indeterminada por la sociedad.
Yo estoy acá
Tratando de meterte en una categoría
Sin necesidad
Sólo para mi tranquilidad mental.
Ni emo
Ni flogger
Ni rapero, ni cumbiero
Ni industrial
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